La Agencia Tributaria interviene en una red de empresas de hidrocarburos y electrónica que defraudaba con las facturas del IVA.
La trama hacía efectivo el fraude por una doble vía. Por un lado, se apropiaba del IVA correspondiente a sus ventas de hidrocarburos a gasolineras. El fraude en el ámbito de los hidrocarburos se concretaba mediante la apropiación de las cuotas de IVA que las sociedades de la organización deberían ingresar por sus ventas de hidrocarburos a las gasolineras. Las entidades que operan en este sector tienen que ingresar importantes cantidades de IVA, ya que, al adquirir el carburante en un depósito fiscal (mayorista de hidrocarburos), no soportan el impuesto indirecto y, posteriormente, venden el carburante a estaciones de servicio repercutiendo elIVA. A partir de ese momento, los vendedores deben ingresar ese IVA casi en su totalidad. Sin embargo, las sociedades de la trama no hacían el ingreso y habían acumulado una deuda de más de 8 millones de euros. No sólo defraudaba a la Hacienda Pública, sino que ejercía una competencia desleal en el sector, dado que ello le permitía vender el producto a los minoristas a unos precios inferiores a los que ofrecen los operadores que sí cumplen la obligación de ingresar a la Hacienda Pública el impuesto repercutido a sus clientes.